Nuquí: Un paraíso escondido en el Pacífico colombiano
Playas vírgenes, selva húmeda, comunidades afro e indígenas, gastronomía con raíces profundas y biodiversidad sin igual. Nuquí es uno de los últimos territorios del Pacífico donde la vida fluye en armonía con la naturaleza. Acompáñanos a descubrirlo del 15 al 18 de mayo, en una experiencia guiada por locales que viven y protegen este paraíso.
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Islote con aves en la costa de Nuquí, con el mar y la selva del Chocó al fondo

Nuquí: Un paraíso en el Pacífico Colombiano

Nuquí es uno de los pocos lugares en Colombia donde aún podemos encontrar playas y selva virgen al mismo tiempo. Ubicado en el golfo de Tribugá, en el departamento del Chocó, este municipio ha permanecido aislado del desarrollo urbano y de las dinámicas de turismo masivo. Ese aislamiento ha permitido conservar uno de los ecosistemas más diversos del planeta y una forma de vida profundamente conectada con la naturaleza. 

Un territorio biodiverso que conecta montaña y mar

Vista aérea de la playa Guachalito en Nuquí, Chocó, una de las más hermosas de Colombia
Guachalito,considerada una de las playas más hermosas de Colombia.

La región hace parte del Chocó biogeográfico, una de las zonas más ricas en biodiversidad del planeta. Aquí, la selva húmeda tropical se encuentra con el mar, y entre ambos se intercalan manglares, estuarios, ríos y formaciones coralinas que crean un ecosistema excepcional. Más de 1.600 especies de flora y fauna han sido registradas en este entorno, donde aún habitan jaguares, tapires, ranas venenosas y aves endémicas.

Uno de los momentos más esperados del año es la llegada de las ballenas jorobadas, entre junio y octubre, cuando migran para dar a luz en las aguas cálidas del Pacífico. En mayo, sin embargo, ocurre otro fenómeno muy especial y poco conocido: enormes bancos de sardinas se concentran en el mar frente a Nuquí, atrayendo a especies como delfines y el tiburón ballena, el pez más grande del mundo. Observarlo en su hábitat natural es una experiencia que solo puede vivirse en muy pocos lugares del planeta.

Estos ecosistemas no solo son hogar de una biodiversidad extraordinaria, sino que también ofrecen oportunidades únicas para la observación de fauna en libertad, sin escenarios artificiales ni intervenciones que alteren el paisaje.

Comunidades que viven al ritmo de la naturaleza

Vista aérea del corregimiento de Partadó en Nuquí, Chocó.
Partadó es uno de los corregimientos de Nuquí, ubicado entre la selva tropical y el mar del golfo de Tribugá. Su geografía refleja la fusión natural que caracteriza al Pacífico colombiano.

La población de Nuquí está conformada principalmente por comunidades afrodescendientes e indígenas Emberá, cuya presencia en este territorio ha sido clave para mantener el equilibrio entre lo humano y lo natural. Ambos pueblos han desarrollado formas de habitar que respetan los ciclos del entorno, combinando conocimientos ancestrales con prácticas adaptadas a las condiciones del Pacífico.

En estas comunidades aún se practican oficios tradicionales como la pesca artesanal, la agricultura de pancoger, la medicina natural y el uso sostenible del bosque. La organización social gira en torno a la familia extensa y al respeto por los mayores, quienes transmiten los saberes orales sobre plantas, alimentos, navegación, cuidado del cuerpo y del alma. Muchas viviendas están construidas con técnicas locales, elevadas sobre pilotes para resistir la humedad, y los desplazamientos se hacen a pie, en lancha o por los ríos.

Las comunidades afrodescendientes conservan expresiones culturales como los alabaos, los arrullos, la partería tradicional y una gastronomía profundamente enraizada en la historia del territorio. Por su parte, los Emberá mantienen su lengua, su cosmovisión espiritual de la selva y prácticas como la pintura corporal con jagua y la talla de madera. Ambos grupos entienden el territorio no solo como un espacio físico, sino como un conjunto de relaciones vivas entre naturaleza, memoria y cultura.

Habitar Nuquí no es simplemente vivir en la selva: es tener un vínculo activo con ella, protegerla y reproducir una forma de vida basada en la armonía con el entorno.

Un proyecto que transforma desde la cocina: Zotea

La cocina de Nuquí condensa siglos de saberes compartidos. Con influencias africanas, indígenas y españolas, la gastronomía del Pacífico es rica, variada y profundamente ligada al territorio. Entre sus ingredientes destacan el coco, el plátano, la piangua, el arroz, pescados y mariscos frescos, que se preparan con técnicas heredadas de generación en generación.

Más que una lista de recetas, es una expresión de identidad. Cada preparación conserva algo de historia y algo del entorno. Cocinar es, para muchas familias, una forma de resistencia cultural. Y degustar estos platos en su lugar de origen —rodeado de selva, mar y comunidad— convierte la experiencia en algo especial y difícil de replicar en otros contextos. Lo que aquí podría considerarse un lujo, hace parte de la vida diaria de quienes habitan este territorio.

Una de las iniciativas que conserva y fortalece esta herencia es Zotea, un centro comunitario de gastronomía ubicado en la comunidad de Coquí. Allí, mujeres locales lideran procesos de formación, producción y cocina tradicional. Entre ellas, Chola, una reconocida anfitriona del territorio, participa activamente en este trabajo colectivo, aportando su experiencia y conocimiento ancestral. Zotea no es solo un restaurante: es una apuesta por la autonomía cultural y económica desde lo culinario.

Una oportunidad para conocer Nuquí desde adentro

Vista aérea de Nuquí, Chocó, con selva tropical y mar del Pacífico colombiano
Desde el aire, Nuquí revela su geografía única: un territorio donde la selva húmeda y el mar se encuentran sin interrupciones.

Entre el 15 y el 18 de mayo realizaremos un recorrido por Nuquí con el propósito de conocer este territorio desde una mirada cercana, conectando con su naturaleza, sus sabores y las historias de quienes lo habitan. Nos hospedaremos en Posada Brisas del Mar, una casa construida completamente por Chola, donde la hospitalidad y el saber tradicional se viven en cada detalle. Este espacio, ubicado a pocos pasos del mar, ofrece una experiencia auténtica del estilo de vida local.

Acompañados por Elian Martinez, chef oriundo de Nuquí, y cocinero activo en Zotea, compartiremos espacios de cocina, caminatas entre la selva y navegación por las costas. Reconocido por su talento y profundo conocimiento de la cultura gastronómica del Pacífico, Elian será también guía durante el viaje, aportando una mirada valiosa sobre el territorio, sus ingredientes, su historia y su gente. Esta será una oportunidad para vivir Nuquí de forma auténtica, aprendiendo del lugar a través de quienes lo conocen mejor: su gente.

📩 Si te interesa ser parte de esta experiencia o quieres más información, puedes escribirle directamente a Elian Martinez aquí.